Antonio –Toño– Abreu, renombrado acordeonista y fértil compositor del merengue de gallera y enramada.
Compuso incontables merengues a Trujillo y su régimen, pero aún esas creaciones, a pesar del pésimo objetivo político al que servían, tenían una música verdaderamente digna de mejor causa.
No obstante, en Toño Abréu hubo mucho más que merenguepolítico trujillista. En la mayor parte de su música y su letra se expresaron los sentimientos, la forma de reaccionar y la cultura de la gente. Uno de sus merengues, el del Gallo Peliao, puede servir de ejemplo de cómo Toño Abréu sabía expresar la sicología popular.
Para los antiguos parranderos, el que le dieran a comer “gallo peliao” era cosa de dar vergüenza a cualquier hombre, porque en la rica literatura del folclor campesino, eso le pasaba a aquel que se acostaba con alguna mujer por donde momentos antes había pasado otro marchante. Eso era iguala un deshonor. Y Toño Abréu recogió ese sentimiento y lo llevó a los versos de un merengue, con una música elegante y bien lograda, que casi ya nadie recuerda, pero que don Chichito Villa aún guarda en su memoria y lo revive con las notas de su acordeón y de su canto:
Porque tu me veas / medio “asirimbao” / no me des sancocho / de gallo peliao /.
Otras producciones de igual contenido popular de Toño Abréu han perdurado a través de los años. Cabo e’ Vela, es un conocido merengue, que se continúa disfrutando en los bailes típicos del presente; Con el Alma, que fue grabado una vez por el Trío Reynoso; y Caña Brava, que fue adoptado por los maestros del merengue urbano, que le dieron una brillante orquestación y lo proyectaron mucho más allá de los medios rurales en que ese merengue se tocaba.
No obstante, y como ocurre con innúmeros merengues tradicionales, acerca de la autoría de Caña Brava hay una versión digna de tomarse en consideración, y es la que sostiene el músico Dámaso o Dálmaso Mercado.