viernes, 22 de enero de 2010

Antonio -Toño- Abreu

Antonio –Toño– Abreu, renombrado acordeonista y fértil compositor del merengue de gallera y enramada.

Compuso incontables merengues a Trujillo y su régimen, pero aún esas creaciones, a pesar del pésimo objetivo político al que servían, tenían una música verdaderamente digna de mejor causa.

No obstante, en Toño Abréu hubo mucho más que merenguepolítico trujillista. En la mayor parte de su música y su letra se expresaron los sentimientos, la forma de reaccionar y la cultura de la gente. Uno de sus merengues, el del Gallo Peliao, puede servir de ejemplo de cómo Toño Abréu sabía expresar la sicología popular.

Para los antiguos parranderos, el que le dieran a comer “gallo peliao” era cosa de dar vergüenza a cualquier hombre, porque en la rica literatura del folclor campesino, eso le pasaba a aquel que se acostaba con alguna mujer por donde momentos antes había pasado otro marchante. Eso era iguala un deshonor. Y Toño Abréu recogió ese sentimiento y lo llevó a los versos de un merengue, con una música elegante y bien lograda, que casi ya nadie recuerda, pero que don Chichito Villa aún guarda en su memoria y lo revive con las notas de su acordeón y de su canto:

Porque tu me veas / medio “asirimbao” / no me des sancocho / de gallo peliao /.

Otras producciones de igual contenido popular de Toño Abréu han perdurado a través de los años. Cabo e’ Vela, es un conocido merengue, que se continúa disfrutando en los bailes típicos del presente; Con el Alma, que fue grabado una vez por el Trío Reynoso; y Caña Brava, que fue adoptado por los maestros del merengue urbano, que le dieron una brillante orquestación y lo proyectaron mucho más allá de los medios rurales en que ese merengue se tocaba.

No obstante, y como ocurre con innúmeros merengues tradicionales, acerca de la autoría de Caña Brava hay una versión digna de tomarse en consideración, y es la que sostiene el músico Dámaso o Dálmaso Mercado.

3 comentarios:

  1. gracia por ponernoslo ya no lo tenemos k buscar

    ResponderEliminar
  2. rafael inganacio(pueto por osval2)
    El 15 de junio de 1897 nació Rafael Ignacio en San Francisco de Macorís y, cuando apenas contaba con 10 años, ya formaba parte de una banda infantil que el ayuntamiento de su pueblo natal había fundado por aquellas primeras décadas del siglo. Fueron sus profesores de entonces el padre Requena, quien funjía como director de la pequeña agrupación y le enseñó las primeras lecciones de solfeo y cornetín, y Luis Betances, quien lo inició en el conocimiento del contrabajo. Con esos conocimientos se sumó a los miembros de la Orquesta Filarmónica Beethoven, también en su pueblo natal.

    Emigrado a la capital, integró la Banda Municipal que entonces dirigía el Maestro José de Jesús Ravelo; fue en esta institución donde se desempeñó como tubista, instrumento que había aprendido de modo autodidacta. Años después integró la Banda del Ejército Nacional, primero como subdirector y luego como titular de esa importante institución.

    Al fundarse en 1932 la Orquesta Sinfónica de Santo Domingo ocupó un atril en ella y, cuando en 1941 quedó integrada la Orquesta Sinfónica Nacional, también el insigne Maestro Ignacio fue convocado a formar parte de aquel grupo de pioneros.

    Su labor como músico y pedagogo se extendió a otras ciudades del país, así es que en Azua dirigió una academia de música, la banda municipal y creó su orquesta de bailes; en Santiago de los Caballeros fue director de la banda militar, con la que llegó a interpretar un repertorio de altos requerimientos técnicos, con obras tales como la Sinfonía militar, de Haydn, y Los preludios, de Lizt, entre otras.

    Su labor en los géneros más apegados al arte musical popular fue de gran importancia , puesto que con sus conocimientos pudo componer y arreglar piezas bailables y folklóricas con instrumentaciones más complejas, con armonías más avanzadas, lo que dio nueva vida a títulos como Todas las mujeres tienen mala maña y creó merengues como Vironay, con nuevos aires y medios sonoros distintos.

    La Suite folklórica fue su obra de mayor envergadura. Escrita primero para banda y reorquestada luego para orquesta sinfónica, está basada en temas surgidos de las raíces mismas del cantar dominicano.

    Escribió también Fantasía sinfónica, obra en la que se vuelve a elaborar los temas populares de la música dominicana. Compuso mucha música bailable, entre la que se cuentan valses, polkas y merengues.

    Rafael Ignacio murió en 1984, en la ciudad de Santo Domingo.

    ResponderEliminar
  3. Ñico Lora
    De Wikipedia, la enciclopedia libre
    Saltar a navegación, búsqueda
    Francisco Antonio Lora Cabrera (1880, Maizal, Santiago;† 1971, Navarrete) conocido popularmente como Ñico Lora fue un músico folclórico dominicano y está considerado como uno de los padres del merengue.

    Ñico aprendió a tocar el acordeón a muy temprana edad. Aunque no tuvo una educación formal en términos musicales eso no le impidió destacarse como instrumentista y compositor. Sus composiciones más famosas son San Antonio, Tingo Talango, Eres la mujer más bella, Pedrito Chávez y San Francisco.

    Él fue el creador de muchas melodías anónimas que son consideradas como un bien cultural por la nación dominicana y sus canciones se mantienen en el tiempo como parte esencial de las raíces musicales de su pueblo.

    Ñico Lora murió el 10 de abril de 1971 en el pueblo de Navarrete, donde existe "La Plaza de la Cultura Ñico Lora" levantada como homenaje a sus contribuciones al desarrollo de la música popular dominicana.

    ResponderEliminar